Fernando es un joven cazador que
un día va a cazar al bosque con su fiel y viejo servidor, Iñigo; estos
consiguen herir a un ciervo pero huye hacía la fuente de los Álamos y se pierde entre los matorrales; Fernando
decide ir tras el, pero Iñigo le detiene, diciéndole que es peligroso porque
dicen que hay una fiera que se refugia en su fuente misteriosa, Fernando sin
hacer el menor caso se dirige con su caballo en busca de su presa, este vuelve
más tarde con ella. Desde que volvió de la fuente Fernando andaba mustio y sombrío, así que Iñigo decidió
preguntarle que le ocurría, este le dijo que en la fuente vio a una mujer con
los cabellos rubios y unos ojos verdes esmeralda, Iñigo asustado le dijo que tuviera cuidado pues
según sus padres el demonio o fiera se presentaba en forma de mujer, sin hacerle el menor caso de nuevo este volvió a
la fuente a confesarle su amor a la chica de los ojos verdes, esta le dijo que
le amaba también y lo llevo tras la niebla Fernando sintió
unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación
fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y
cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.
La leyenda es un cuento fantástico,
maravilloso, en el cual encontramos la presencia de lo sobrenatural y lo
mágico. Habla de un amor imposible y que no se puede realizar. El personaje es
atraído por el misterio y por la belleza de la naturaleza que es confundida con
la mujer. El protagonista solo se fija en sus propios fines. En
la leyenda se puede ver sentimiento de rebeldía y de búsqueda de la libertad
cuando menciona a Satanás, diciendo que antes perderá su alma en manos de
Satanás a su ciervo. Los ojos verdes de la mujer reflejan la tentación, sus
ojos embelesan a Fernando.
Celia
Solera Ledesma 4ºesoA
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